La Habana, 13 de septiembre 2008
Queridos/as amigos/as y compañeros/as,
Fue un mes muy difícil para Cuba – uno de los más dificiles de su historia. Las mapas climáticas por ratos parecían colas, pero en vez de clientes eran huracanes los que hacían fila. De los 4 en un mes, todos afectaron Cuba. En dos casos el ejemplar sistema de defensa civil y preparación permitió aprovechar las lluvias. Pero el huracán Gustav y tan solo una semana más tarde Ike tuvieron consecuencias tan fatales para a la Isla, que Fidel Castro en uno de sus mensajes las comparó con una guerra. Todo el país fue afectado en mayor o menor medida. Mientras que Gustav rompió un récord lamentable en cuanto a velocidad del viento (un instrumento de medición se desintegró cuando estos alcanzaron 340 km/h), Ike cruzó el país de este a oeste por más de 1000 km con vientos de hasta más de 200 km/h y lluvias que sobrepasaron en algunas zonas los 600 mm en 48-72 horas y causaron fuertes inundaciones.
No es milagro, sin embargo, que hubo que lamentar tan sólo 7 victimas fatales, la mayoría por no seguir la orientación de evacuar sus viviendas (no pueden ser obligados/as a hacerlo). 2.5 millones de personas, casi la cuarta parte de la población fue evacuada y nadie sufrió de sed, hambre o falta de atención médica. Los medios informaron permanentemente, carros con parlantes cruzaron por las calles y la gente ha adquirido una cultura, sabe que es lo que hay que hacer.
Las pocas víctimas y la trayectoria de los huracanes hacia los EEUU – donde causaron menos daños, pero sustancialmente más víctimas – han sido razones por las que los impactos dramáticos en Cuba han merecido poco espacio en los medios. La ayuda internacional más fuerte proviene de Venezuela y de países como Brasil, Ecuador y Rusia. 2 aviones españolas son lo más significativo desde Europa. Ningún otro pais ha contribuido a la fecha con un apoyo que supere el gasto de una casa o parada de omnibus en su respectivo país, si bien vale aclarar que Cuba no acepta por razones políticas fondos de la Unión Europea o de sus gobiernos, a excepción de España y Bélgica. Timor del Este sin embargo aportó 500.000 dólares que seguramente no le sobraron, también como un gesto por el aporte cubano que ofrece el personal de salud para este jóven estado en el oceano pacífico y forma cientos de futuros trabajadores/as del sector salud en la Isla sin costo alguno.
Los Estados Unidos ofrecieron ayuda humanitaria, pero lo condicionaron a pesar de la presencia de las Naciones Unidas al envío de una misión propia de evaluación, por lo que se trata más bien de un gesto formal, cuyo rechazo por Cuba era previsto. La contrapropuesta del gobierno cubano de poder comprar en el mercado gringo y de que se levantaran las restricciones para cubano-americanos/as para enviar remesas familiares y visitar la Isla ni siquiera fue respondida.
Ciclones no son un fenómeno nuevo para Cuba y la región, pero en este milenio se observa un incremento significativo en cantidad e incremento. Estos países contribuyeron con muy poco al cambio climático, pero sufren una parte significativa de sus consecuencias. ¿Como, se pregunta Fidel Castro en una de sus reflexiones, podemos como países pequeños y pobres construir casas seguras contra ciclones para toda la población y como preparar nuestra economía para estos impactos al parecer inevitables?
Los impactos para el país son muy graves y la magnitud de los daños aún desconocida. Alrededor de 320.000 casas han sido dañadas o destruidas, por lo que uno/a de cada ocho habitantes tiene urgentes problemas de vivienda (lo que se suma a la escasez crónica de vivienda en Cuba). Esta cantidad equivale a las unidades habitacionales construidas durante 5-6 años. A ello se suman fábricas (p.e. el mayor ingenio de azúcar del país se quedó sin una sola teja de zinc en su techo), instalaciones de salud y educación con sus equipos, edificios administrativos y gubernamentales, silos y almacenes, la red eléctrica y de telecomunicaciones. Los mayores daños se concentran en la Isla de la Juventud y las Provincias de Pinar del Río en el Oeste y Camagüey, Las Tunas, Holguin y Guantánamo en el Este. Las restantes 9 Provincias – entre ellos la capital La Habana y la provincia de Matanzas con el centro turistico de Varadero – podrán resarciar la mayoría de los daños con recursos propios, pero los impactos económicos por evacuaciones masivas, interrupciones laborales y daños en la agricultura y la infraestructura son muy considerables también en estos casos.
Un Viceministro de la Agricultura habló de 700.000 toneladas de alimento que se perdieron total o parcialmente (por ejemplo matas de bananos tumbados con frutas no maduras y tuberculos afectados que recuparan para alimentación animal), lo que equivale a 60 kg por cada habitante. Un duro golpe justo en el momento de reactivación agrícola para reducir importaciones que por los altos precios implicarían un gasto de 1100 Mio. de dólares más que el año pasado para los mismos volúmenes. Un punto importante y particular para Cuba es que ninguna familia campesina perderá sus tierras porque no pueda pagar un crédito a consecuencia de la catástrofe.
El suministro eléctrico colapsó durante varios días y se ha normalizado apenas en las zonas menos afectadas. Sin la generación decentralizada, un programa priorizado en los últimos años, el panorama sería aún más complejo. El reestablecimiento del sistema de telecomunicaciones costará un mes. Las minas y fábricas de niquel, la fuente más importante de divisas, están temporalmente paralizadas, importantes instalaciones turisticas sufrieron daños considerables y la cosecha de tabaco que se estaba secando fue gravemente dañada al destruirse la gran mayoría de las casas de secado.
Hace diez días visité la pequeña ciudad Jesús Menéndez en la Provinica de Las Tunas y me gustarón la gran cantidad de casas de madera. De eso no ha quedado ninguno y el 90% de los/as 50.000 habitantes del municipio está sin techo. El viento se habrá llevado tanto la oficina del alcalde como las decenas de miles de plantas en el vivero de frutales del inovativo campesino Carlos que conocimos en esta ocasión.
Al no más ceder vientos y lluvias, la gente comenzó a recoger y a limpiar. Altos funcionarios visitaron cada municipio, hablaron con la gente, dieron aliento y valor y explicaron la dificil situación. Nadie será olvidado/a dicen, pero agregan que la situación es muy seria y que las soluciones tardarán. Miles de efectivos militares apoyan las labores y a todo lugar está llegando ayuda. Contrario a otras imágenes en caso de catástrofes son pocas las lágrimas y la desesperación en los rostros de la gente. Saben que recibirán apoyo y en muchos lugares no pasaron 24 horas antes de llegar los camiones con materiales para techos, entregados directamente y sin burocracia a las familias según censo previo. La gente es muy solidaria – más del 80% de los/as evacuados/as encontró refugio en casa de familiares, amigos/as y vecinos/as). Pero las caras de la gente son serias, sabiendo que se perdió mucho y que vendrán tiempos difíciles.
También caras serias en el comedor obrero donde almuerzo, en vez de los chistes y risas que han sido la tónica. Todos/as recuerdan el período especial de los años 90 cuando el país perdió en dos años el 80% de su comercio exterior y la tercera parte de su producto interno. Pero la gente quiere salir adelante, limpia sus barrios y centros de trabajo para seguir adelante. Millones participaron este fin de semana en el trabajo voluntario. En mi grupo cargamos maíz que tuvo que ser cortado antes del tiempo y servirá como alimento para ganado. Fue en el Sur de La Habana, zona eminentemente agrícola. Por todos lados se estaba arando la tierra y las destruidas plantaciones de banano ya habían sido limpiados en su mayoría y de los hijos/as de estas plantas ya habían salido las primeras hojas de un verde tierno como un símbolo de esperanza que Cuba, esta país tan especial que gracias a su gente ya ha superado tantas crisis, también saldrá adelante en esta ocasión.
Quiero agradecer a todos/as que han estado pensando en el país y su gente en estos días difíciles y a las amistades en Europa que han reaccionado al llamado de contribuir a través del canal del grupo “Cerveza Cuba”
Kubabier PC 20-645960-7Christoph Steiner; Bruehlbergstr. 39; 8400 Winterthur
Para transferencias desde el extranjero:
IBAN CH5909000000206459607
BIC POFICHBE
Kreditinstitut: SWISS POST-POSTFINANCE
Nordring 8, Bern, Schweiz
Obviamente agradecemos más contribuciones.
Con muchos saludos desde La Habana
Beat
Queridos/as amigos/as y compañeros/as,
Fue un mes muy difícil para Cuba – uno de los más dificiles de su historia. Las mapas climáticas por ratos parecían colas, pero en vez de clientes eran huracanes los que hacían fila. De los 4 en un mes, todos afectaron Cuba. En dos casos el ejemplar sistema de defensa civil y preparación permitió aprovechar las lluvias. Pero el huracán Gustav y tan solo una semana más tarde Ike tuvieron consecuencias tan fatales para a la Isla, que Fidel Castro en uno de sus mensajes las comparó con una guerra. Todo el país fue afectado en mayor o menor medida. Mientras que Gustav rompió un récord lamentable en cuanto a velocidad del viento (un instrumento de medición se desintegró cuando estos alcanzaron 340 km/h), Ike cruzó el país de este a oeste por más de 1000 km con vientos de hasta más de 200 km/h y lluvias que sobrepasaron en algunas zonas los 600 mm en 48-72 horas y causaron fuertes inundaciones.
No es milagro, sin embargo, que hubo que lamentar tan sólo 7 victimas fatales, la mayoría por no seguir la orientación de evacuar sus viviendas (no pueden ser obligados/as a hacerlo). 2.5 millones de personas, casi la cuarta parte de la población fue evacuada y nadie sufrió de sed, hambre o falta de atención médica. Los medios informaron permanentemente, carros con parlantes cruzaron por las calles y la gente ha adquirido una cultura, sabe que es lo que hay que hacer.
Las pocas víctimas y la trayectoria de los huracanes hacia los EEUU – donde causaron menos daños, pero sustancialmente más víctimas – han sido razones por las que los impactos dramáticos en Cuba han merecido poco espacio en los medios. La ayuda internacional más fuerte proviene de Venezuela y de países como Brasil, Ecuador y Rusia. 2 aviones españolas son lo más significativo desde Europa. Ningún otro pais ha contribuido a la fecha con un apoyo que supere el gasto de una casa o parada de omnibus en su respectivo país, si bien vale aclarar que Cuba no acepta por razones políticas fondos de la Unión Europea o de sus gobiernos, a excepción de España y Bélgica. Timor del Este sin embargo aportó 500.000 dólares que seguramente no le sobraron, también como un gesto por el aporte cubano que ofrece el personal de salud para este jóven estado en el oceano pacífico y forma cientos de futuros trabajadores/as del sector salud en la Isla sin costo alguno.
Los Estados Unidos ofrecieron ayuda humanitaria, pero lo condicionaron a pesar de la presencia de las Naciones Unidas al envío de una misión propia de evaluación, por lo que se trata más bien de un gesto formal, cuyo rechazo por Cuba era previsto. La contrapropuesta del gobierno cubano de poder comprar en el mercado gringo y de que se levantaran las restricciones para cubano-americanos/as para enviar remesas familiares y visitar la Isla ni siquiera fue respondida.
Ciclones no son un fenómeno nuevo para Cuba y la región, pero en este milenio se observa un incremento significativo en cantidad e incremento. Estos países contribuyeron con muy poco al cambio climático, pero sufren una parte significativa de sus consecuencias. ¿Como, se pregunta Fidel Castro en una de sus reflexiones, podemos como países pequeños y pobres construir casas seguras contra ciclones para toda la población y como preparar nuestra economía para estos impactos al parecer inevitables?
Los impactos para el país son muy graves y la magnitud de los daños aún desconocida. Alrededor de 320.000 casas han sido dañadas o destruidas, por lo que uno/a de cada ocho habitantes tiene urgentes problemas de vivienda (lo que se suma a la escasez crónica de vivienda en Cuba). Esta cantidad equivale a las unidades habitacionales construidas durante 5-6 años. A ello se suman fábricas (p.e. el mayor ingenio de azúcar del país se quedó sin una sola teja de zinc en su techo), instalaciones de salud y educación con sus equipos, edificios administrativos y gubernamentales, silos y almacenes, la red eléctrica y de telecomunicaciones. Los mayores daños se concentran en la Isla de la Juventud y las Provincias de Pinar del Río en el Oeste y Camagüey, Las Tunas, Holguin y Guantánamo en el Este. Las restantes 9 Provincias – entre ellos la capital La Habana y la provincia de Matanzas con el centro turistico de Varadero – podrán resarciar la mayoría de los daños con recursos propios, pero los impactos económicos por evacuaciones masivas, interrupciones laborales y daños en la agricultura y la infraestructura son muy considerables también en estos casos.
Un Viceministro de la Agricultura habló de 700.000 toneladas de alimento que se perdieron total o parcialmente (por ejemplo matas de bananos tumbados con frutas no maduras y tuberculos afectados que recuparan para alimentación animal), lo que equivale a 60 kg por cada habitante. Un duro golpe justo en el momento de reactivación agrícola para reducir importaciones que por los altos precios implicarían un gasto de 1100 Mio. de dólares más que el año pasado para los mismos volúmenes. Un punto importante y particular para Cuba es que ninguna familia campesina perderá sus tierras porque no pueda pagar un crédito a consecuencia de la catástrofe.
El suministro eléctrico colapsó durante varios días y se ha normalizado apenas en las zonas menos afectadas. Sin la generación decentralizada, un programa priorizado en los últimos años, el panorama sería aún más complejo. El reestablecimiento del sistema de telecomunicaciones costará un mes. Las minas y fábricas de niquel, la fuente más importante de divisas, están temporalmente paralizadas, importantes instalaciones turisticas sufrieron daños considerables y la cosecha de tabaco que se estaba secando fue gravemente dañada al destruirse la gran mayoría de las casas de secado.
Hace diez días visité la pequeña ciudad Jesús Menéndez en la Provinica de Las Tunas y me gustarón la gran cantidad de casas de madera. De eso no ha quedado ninguno y el 90% de los/as 50.000 habitantes del municipio está sin techo. El viento se habrá llevado tanto la oficina del alcalde como las decenas de miles de plantas en el vivero de frutales del inovativo campesino Carlos que conocimos en esta ocasión.
Al no más ceder vientos y lluvias, la gente comenzó a recoger y a limpiar. Altos funcionarios visitaron cada municipio, hablaron con la gente, dieron aliento y valor y explicaron la dificil situación. Nadie será olvidado/a dicen, pero agregan que la situación es muy seria y que las soluciones tardarán. Miles de efectivos militares apoyan las labores y a todo lugar está llegando ayuda. Contrario a otras imágenes en caso de catástrofes son pocas las lágrimas y la desesperación en los rostros de la gente. Saben que recibirán apoyo y en muchos lugares no pasaron 24 horas antes de llegar los camiones con materiales para techos, entregados directamente y sin burocracia a las familias según censo previo. La gente es muy solidaria – más del 80% de los/as evacuados/as encontró refugio en casa de familiares, amigos/as y vecinos/as). Pero las caras de la gente son serias, sabiendo que se perdió mucho y que vendrán tiempos difíciles.
También caras serias en el comedor obrero donde almuerzo, en vez de los chistes y risas que han sido la tónica. Todos/as recuerdan el período especial de los años 90 cuando el país perdió en dos años el 80% de su comercio exterior y la tercera parte de su producto interno. Pero la gente quiere salir adelante, limpia sus barrios y centros de trabajo para seguir adelante. Millones participaron este fin de semana en el trabajo voluntario. En mi grupo cargamos maíz que tuvo que ser cortado antes del tiempo y servirá como alimento para ganado. Fue en el Sur de La Habana, zona eminentemente agrícola. Por todos lados se estaba arando la tierra y las destruidas plantaciones de banano ya habían sido limpiados en su mayoría y de los hijos/as de estas plantas ya habían salido las primeras hojas de un verde tierno como un símbolo de esperanza que Cuba, esta país tan especial que gracias a su gente ya ha superado tantas crisis, también saldrá adelante en esta ocasión.
Quiero agradecer a todos/as que han estado pensando en el país y su gente en estos días difíciles y a las amistades en Europa que han reaccionado al llamado de contribuir a través del canal del grupo “Cerveza Cuba”
Kubabier PC 20-645960-7Christoph Steiner; Bruehlbergstr. 39; 8400 Winterthur
Para transferencias desde el extranjero:
IBAN CH5909000000206459607
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Obviamente agradecemos más contribuciones.
Con muchos saludos desde La Habana
Beat
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Nosotros reiteramos que la Coordinadora de Apoyo a la Revolución Cubana en nuestro país abrió una cuenta en el Bandes para que aporten todas aquellas personas que deseen ayudar al país caribeño a recuperarse de los daños ocasionados por el ciclón. Uno de los dirigentes de la Coordinadora, Ernesto Etchepare, señaló que la apertura de la cuenta (Nº 40011972) forma parte de una campaña de solidaridad con el gobierno cubano, tras la catástrofe generada por el pasaje del ciclón Gustav por la isla. La cuenta permanecerá abierta por aproximadamente 10 días y podrán hacer sus aportes allí en pesos uruguayos todos los que deseen colaborar.
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