lunes, 28 de julio de 2008

"PALITO CARRERAS"



¿Qué es ser periodista? En primer lugar, el periodista es un humanista. Esto a pesar de los impresionantes avances tecnológicos que resultan imprescindibles a la hora de ser un periodista contemporáneo. Es un humanista, insistimos, por cuanto hay en su acción -tiene que haberla- una preocupación genuina por el ser humano, que va más allá de la comprensión del hecho cotidiano; y nada de lo humano le es ajeno al periodista. Hugo era más que un periodista, era un obrero del periodismo, que es otra forma diferente de ver la profesión. Había sido desde muy joven dirigente bancario de su tan querida AEBU, representante de la banca oficial ante el Consejo Directivo de su sindicato; estuvo en primera línea en el momento en que el gobierno de Pacheco decidió militarizar a los bancarios. En esos tiempos, Hugo estuvo varias veces detenido por largos períodos de tiempo. Desde la secretaría de prensa del sindicato incursionó en ese tiempo en el periodismo sindical, con otros compañeros, como el actual diputado de la 1001 Doreen Ibarra.
A fines de los 60 y principio de los 70, la Convención Nacional de Trabajadores decide editar un periódico llamado CNT, en el cual Carreras participa del consejo editor, y a la vez realiza algunos aportes periodísticos al diario El Popular desde su lógica de dirigente sindical bancario. Durante la huelga general forma parte del comando de propaganda que la vieja CNT había preparado junto a Rubén Acasuso y otros dirigentes de la vieja APU. Parte de este comando, que pasa a la clandestinidad el 27 de junio del 1973, edita las primeras Cartas clandestinas, de las que Hugo forma parte hasta que marcha al exilio en Argentina. Desde allí en adelante Hugo se vuelca definitivamente al periodismo y la publicidad. Trabaja en un par de periódicos de escasa circulación en la Argentina y para
un par de pequeñas agencias de publicidad, desarrollando a la vez un trabajo que para muchos no era muy conocido, la veta de pintor de obra y albañil. Ya cercana la democracia en Uruguay, Hugo trabaja en las ediciones para Argentina y Uruguay del periódico Mayoría que editaban hasta el momento los compañeros exiliados en Suecia.
Palito, como le decíamos nosotros siempre, contaba una anécdota de cómo llegó al semanario El Popular. Contaba que, como siempre, los tiempos en las imprentas son tiranos, el periódico tenía desde hace días un horario en el cual debía estar pronto y Rodney tenía intenciones de realizar algunos cambios al editorial que El había enviado para esa edición del periódico. El aviso del mismo llega al pie de la imprenta una hora antes de que el periódico se imprimiera. Según el aviso telefónico en primera instancia, recordemos que el telen existía hacía muy poco tiempo, los cambios tenían que ver con formas y no con contenidos. Para muchos compañeros, en ese momento una frase de Arismendi era palabra santa; Hugo decidió en su momento que el periódico se imprimiera igual, si no se iba a retrasar varios días su distribución. Con el tiempo, a la salida de la cárcel de Eduardo Viera,
el Partido, que ya editaba el diario Cooperativo La Hora decidió reeditar El Popular, esta vez como semanario. Cuando se empieza a armar el equipo, Arismendi le plantea a Viera el problema que había tenido con la edición de Mayoría y como Hugo, sin importar quien era el compañero que planteaba que debía realizarse cambios en el estilo de la nota firmada por El, había entendido que al no existir impedimentos políticos para que saliera el periódico se imprimiera sin los cambios previstos por el autor de la nota. Por lo cual para Rodney, Hugo era un tipo imprescindible para la salida de El Popular. Eso hizo que Hugo se viniera de la Argentina y asumiera en forma colectiva con Raúl Legnani y la dirección
de Eduardo Viera hasta el cierre del mismo y la fusión con La Hora, en el diario llamado La Hora Popular que salió a mediados del 1989.
Desde el cierre de La Hora Popular y por un tiempo importante, Hugo se volvió a dedicar a su trabajo sindical en la Asociación de jubilados Bancarios y a vivir de algunos trabajos publicitarios y asesorando a medios de comunicación que salieron después del cierre de los medios partidarios, sin poder trabajar en ninguno, en algunos por ser comunista y en otros porque la condición era que dejara de serlo. Mientras, siguió haciendo changas en la construcción, su otro oficio, que le permitieron sustentar a su familia ya que Carreras no se había reintegrado al banco a la salida de la dictadura, cuando se restituyeron los cargos, por lo cual su jubilación bancaria era muy menguada respecto de sus demás compañeros de generación. Lo que pocos conocen es que no se había reintegrado a su puesto en el Banco República porque su vocación periodística y las necesidades partidarias hicieron que en su momento Palito se dedicara en forma exclusiva al semanario El Popular. Palito se reintegra al proceso de Carta Popular, cuando el mismo ya llevaba un tiempo de trabajo de varios años, comenzando una pelea por mejorar y nivelar a nivel periodístico el Órgano de prensa partidario, luchando para que saliera y empezando a preparar el retorno del semanario El Popular, camino a un diario que esperamos vuelva a salir en algún momento. Esa pelea dio sus frutos, aunque Hugo nunca pudo trabajar en el proyecto, que se armó sección a sección y que nosotros con retrasos, aciertos y errores venimos llevando a cabo.
Si hay algo que valorar del periodista, mas allá de su compromiso con la clase obrera y el PCU, es la defensa tanto a la interna como hacia fuera, de la independencia periodística de los propios órganos de prensa partidarios del PCU. Libertad a la hora de denunciar coimas, acomodos, libertad a la hora de informar de un conflicto laboral, fuera quien fuera el patrón, y libertad a la hora de informar sobre un hecho objetivo, mas allá de que la línea editorial fuera del PCU. La pelea por derogar las leyes de criminalización de los periodistas dentro de la ley de Prensa por la cual fue intentado procesar en más de una oportunidad, y el valor que le daba a los jóvenes, generando espacios, instándoles a escribir fruto de ese trabajo, es parte de la renovación periodística que hoy tiene El Popular.
La Ética periodística y el cuidado y el amor por la clase obrera y su prensa, fueron otros de los atributos de Hugo MartÌn Carreras o MartÌn Bidart como muchas veces firmaba sus notas.
Un saludo Hugo y saludos a tu familia, hija y nietas como a tu compañera, y no nos queda otra que seguir trabajando, porque como vos decías, el viernes El Popular tiene que estar en la calle.

No hay comentarios: