domingo, 20 de julio de 2008

LA BURBUJA SIGUE EXPLOTANDO


Nuevas turbulencias hipotecarias sacuden la economía de Estados Unidos. El sábado 12 dio quiebra Indy Mac Bancorp, siendo la tercera mayor de la historia financiera de ese país y el colapso más importante desde el año 1988. La situación sigue complicada, casi un año después del estallido de la crisis financiera en Estados Unidos. IndyMac Bancorp, especializado en la concesión de hipotecas, quebró; las dudas sobre su solvencia espantaron a los inversores y las autoridades reguladoras no tuvieron más remedio que hacerse con el control de una de las principales firmas hipotecarias de Estados Unidos. La entidad -con 32.000 millones de dólares en activos- protagoniza de esta manera el mayor colapso de un banco desde el derrumbe de American Savings & Loan Association, en 1988. La bancarrota de IndyMac se convierte así en la tercera mayor de la historia financiera de Estados Unidos, en una lista que encabeza el Continental Illinois National Bank and Trust desde el año 1984. Las 33 sucursales del banco reabrirán bajo el nombre de IndyMac Federal Bank. Si las condiciones del mercado hipotecario y de la vivienda se siguen deteriorando, en Estados Unidos puede haber víctimas ilustres en el sector financiero. Los rumores de insolvencia se ciernen ahora sobre Fannie Mae y Freddie Mac, dos entidades semipúblicas que garantizan la mitad de las hipotecas concedidas en Estados Unidos, el equivalente a unos 5,3 billones de dólares. Sus títulos están en caída libre y en la última semana han perdido la mitad de su capital. Los inversores reclaman al Departamento del Tesoro que salga al rescate de los dos bancos, que fueron creados por el gobierno estadounidense para facilitar a los ciudadanos con bajos ingresos la compra de una vivienda a un precio accesible. Eso les convierte en una pieza clave del sector inmobiliario, del sistema financiero de Estados Unidos y de la economía en su conjunto. La incertidumbre sobre el estado financiero de estas dos entidades es notable. El debate está ahora en ver si bastará con que las dos compañías recauden el capital necesario para seguir operando, o si será necesaria la acción decidida de la Casa Blanca y el Congreso para contener la hemorragia, bien por la vía de la inyección de capital o con una nueva toma de control. Los analistas ven complicado que los dos grupos financieros sean capaces de hacerse con más capital, a la vista del deterioro que están sufriendo sus acciones. Fannie perdió durante el último año un 80% de su valor, mientras que la caída de Freddie se eleva a casi el 90% en ese periodo.

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