SEÑOR LORIER.- Señor Presidente: tenemos una profunda angustia por el problema de la sequía que afecta al país y lo vivimos desde el punto de vista personal, como ingenieros agrónomos.
En el día de ayer venía en el ómnibus para Montevideo y puedo decir que encontrar una mancha verde en el trayecto desde Florida era casi milagroso, y cuando se veía algún sorgo, estaba allí, nacido a medias. Tengo un hermano que también es productor rural y que, como se dice comúnmente para catalogar esa situación, está sumamente pasado en CONAPROLE, ya que tiene una enorme deuda con la institución. Ahora sacó el crédito del Banco de la República y está mandando ganado al frigorífico, a pesar de que se trata de animales que llevaron muchos años de trabajo para lograr una producción genéticamente avanzada. Por lo tanto, reitero, para nosotros la sequía es algo que nos llega profundamente.
Sin embargo, esta realidad es un poco más compleja, y creo que es bueno detallarla y analizarla en ese contexto. Hemos vivido unos cuantos años de bonanza agropecuaria, de rentabilidades por hectárea sin igual. Hasta hace muy poco tiempo teníamos precios de la tierra elevadísimos y en cualquiera de los rubros agropecuarios, reitero, las rentabilidades por hectárea eran enormes e históricas. Un día discutíamos en la Comisión de Ganadería, Agricultura y Pesca acerca de cuán importante es, desde nuestro punto de vista, el tema de los fondos de estabilización agropecuaria. No recuerdo si había concurrido la Sociedad de Productores de Leche de Florida o la Cámara de Productores de Leche, pero en momentos en que la leche estaba a U$S 5.000 la tonelada, hablábamos de lo importante que era que en momentos de auge, de grandes precios, se tuviera la previsión de recoger una parte de esos dineros para, con la co- administración de los propios productores, guardarlos para momentos como este.
Asistimos al estallido de una burbuja inmobiliaria financiera mundial especulativa que también se cebó en los precios de las “commodities” y que hizo vivir una irrealidad a muchos productores. No olvidemos que aquí hubo un cuento que no vio esa burbuja especulativa de los grandes capitales ladrones –no se los puede llamar de otra manera–, porque se decía que durante más de diez años los precios agropecuarios y las “commodities” iban a estar elevadísimos ya que China e India estaban en vías de desarrollarse y el consumo de esos países amortiguaría cualquier descenso en los precios. Decimos esto porque el sistema predominante hoy en el mundo sigue siendo cíclico y para países dependientes como el nuestro, es básico acudir a medidas de esta naturaleza que nos permitan cubrirnos frente a procesos especulativos de este tipo que, cuando vienen, son peores que los tsunamis, porque arrasan con todo.
Por otro lado, coincidimos con el señor Senador Abreu en el sentido de que se vienen épocas muy complejas; recién estamos recibiendo los primeros coletazos de la crisis mundial, pero vienen tiempos de devaluaciones competitivas y épocas profundamente proteccionistas. Recién hablábamos con el señor Senador y decíamos que no solamente Brasil ha adoptado este tipo de medidas, sino que ahora también Ecuador acaba de iniciar acciones en ese sentido. Así, poco a poco, cada uno de los países va a ir adoptando previsiones respecto de las exportaciones. De ahí la importancia de desprestigiar un poco la idea de que los países se desarrollan pura y exclusivamente por las exportaciones, que los mercados internos no sirven para nada o para muy poco y que aquí no hay que cuidar el salario, la pasividad o la inversión pública porque en realidad, lo que sirve y vale son las exportaciones ya que, reitero, el país se desarrolla solamente por esa vía. Creo que hay que desmitificar esto y saber buscar los equilibrios entre el desarrollo de las exportaciones –a las que, naturalmente, un país con la dotación natural del nuestro no puede escapar– pero sabiendo combinarlo con un adecuado desarrollo del mercado interno, lo que permite –y seguramente permitirá en los próximos tiempos– que los productores puedan tener una base para vender su producción.
Aquí se han formulado varias sugerencias, pero faltó mencionar un conjunto muy importante de medidas que ya se están implementando y creo que en este recinto, en el Senado, por lo menos habría que enumerarlas. Es importante decir que el 20 de enero se reunió el Consejo Agropecuario Nacional, que está integrado por el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, representantes del Congreso de Intendentes, de los Institutos agropecuarios estatales y de la Universidad de la República, y declaró el estado de emergencia agropecuaria en todo el país por un plazo de noventa días. Eso no se ha dicho en este recinto y sin embargo se hizo. Además, a partir del 19 de enero de este año, el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca inició el reparto de raciones importadas de Argentina –cinco mil toneladas de cáscara de soja, de un total de veinte mil ya comprometidas– destinadas a productores que tienen predios no mayores a 500 hectáreas y a tamberos con no más de 25 vacas en ordeñe. Esto se ha hecho a través de un crédito en pesos, con un plazo de tres años para su pago y uno de gracia.
Creo que es bueno y necesario decir que el Consejo Agropecuario Nacional resolvió ampliar a todo el país el Plan de Prevención de Sequía que lleva adelante el Proyecto Producción Responsable del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca. Entre los años 2004 y 2008 ese Plan financió 487 proyectos para la construcción de tajamares, pozos de agua, tanques y otros sistemas de almacenamiento de agua en el norte del país; esto ahora se está extendiendo al conjunto del Uruguay. Además el estado de emergencia agropecuaria autoriza al Poder Ejecutivo a utilizar los recursos de un fondo agropecuario de emergencia creado en la última Rendición de Cuentas aprobada en octubre, de U$S 3:000.000, cosa que ya se está haciendo.
Por otra parte, recordemos que el lunes 12 de enero se declaró catástrofe climática en el sector de la granja en los departamentos de Colonia, San José, Montevideo y Canelones y en estas condiciones, es posible asistir a los granjeros con recursos provenientes de lo recaudado por el IVA que grava las frutas, las hortalizas y las flores.
En síntesis, se trata de un conjunto de medidas adoptadas, como por ejemplo, la autorización para el pastoreo en las franjas de las rutas, la habilitación de líneas de crédito especiales para pequeños y medianos productores y la prórroga de vencimientos de los arrendamientos en el Instituto Nacional de Colonización y para el pago de los aportes patronales a la seguridad social. También se busca aliviar el costo de la energía eléctrica y además, el jueves 15 de enero el Ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca planteó ante el Congreso de Intendentes diferir el pago de la Contribución Inmobiliaria Rural.
Por último, debemos señalar la labor que están desarrollando todas las Intendencias –no sólo las de nuestro Partido– con su maquinaria para ahondar los tajamares y alumbrar agua. Esta labor se complementa con el hecho de llevar agua potable a un conjunto de productores que no tienen acceso a ella, así como también con otras medidas que están implementando las Intendencias Municipales. Es bueno señalar todo esto porque aquí se ha mencionado un conjunto de medidas –el señor Senador Heber hacía alusión a una, mientras que el señor Senador Alfie señalaba otras– que hemos discutido en la bancada y estamos dispuestos a apoyar, pero también existe otra batería de medidas que se van a adoptar. Quien tenga dudas en cuanto a si el Estado uruguayo, bajo el gobierno del Frente Amplio, va a adoptar las medidas necesarias –‑el señor Senador Mujica señalaba un subsidio a la leche, de ser necesario–, puede dejar de tenerlas porque, como dije, es algo que ya se está haciendo. Es muy importante tener en cuenta el conjunto de soluciones implementadas, más las que se van a adoptar. Algunas se van a poner en marcha por obra y gracia de los Consejos y de la discusión con los demás compañeros del Senado, aunque pertenezcan a otro partido político, pero también porque existe una esencial preocupación de nuestro Gobierno en salvar su principal máquina productiva. Como bien decía el señor Senador Mujica, se trata de los principales medios de producción; debemos tener presente lo que significa perder las praderas artificiales y creo que el señor Senador Larrañaga mencionaba algo al respecto. Realmente estamos ante un desastre desde el punto de vista económico. Sin embargo, es aún peor el desastre que significa mandar al frigorífico a un conjunto importantísimo de ganado, en algunos casos preñado, porque así se está destruyendo la genética nacional.
Por otra parte, aquí tampoco se ha mencionado que en estos momentos se están acopiando vaquillonas para la exportación a precios de liquidación. Por ejemplo, los otros días nos enteramos que una exportación de vaquillonas a China que se pensaba completar para marzo, hace rato que se terminó porque los productores, desesperados, están vendiendo su principal máquina de producción.
Termino mi intervención retomando las últimas palabras pronunciadas por el señor Senador Gargano, porque justamente ponen de manifiesto una de las lecciones que no solo el Uruguay está viviendo, sino el mundo entero. Creo que es muy importante que el Estado esté presente y sirva no sólo cuando hay ganancias sino también cuando hay pérdidas. O mejor dicho, al revés: que el Estado no sólo sirva cuando hay pérdidas o problemas, sino también cuando hay ganancias y que se observe la necesidad imperiosa de hacer reservas en momentos de auge y de muy buenos precios para cuando aparecen estos problemas tan graves y complejos. Pienso que es bueno aprovechar el momento para quitar a aquellos neoliberales permanentes su odio hacia ese Estado que en este momento es llamado a auxiliar en tantas situaciones a los productores. Allí, seguramente va a estar, pero no sólo con estas medidas que se han tomado, en su momento y a tiempo, sino también con todo otro conjunto de medidas que seguramente se van a adoptar, entre ellas, la que la misma oposición ha venido sugiriendo porque, sin lugar a dudas, tiene razón en algunos aspectos.
Era cuanto queríamos manifestar con respecto a esta situación tan angustiante.
En el día de ayer venía en el ómnibus para Montevideo y puedo decir que encontrar una mancha verde en el trayecto desde Florida era casi milagroso, y cuando se veía algún sorgo, estaba allí, nacido a medias. Tengo un hermano que también es productor rural y que, como se dice comúnmente para catalogar esa situación, está sumamente pasado en CONAPROLE, ya que tiene una enorme deuda con la institución. Ahora sacó el crédito del Banco de la República y está mandando ganado al frigorífico, a pesar de que se trata de animales que llevaron muchos años de trabajo para lograr una producción genéticamente avanzada. Por lo tanto, reitero, para nosotros la sequía es algo que nos llega profundamente.
Sin embargo, esta realidad es un poco más compleja, y creo que es bueno detallarla y analizarla en ese contexto. Hemos vivido unos cuantos años de bonanza agropecuaria, de rentabilidades por hectárea sin igual. Hasta hace muy poco tiempo teníamos precios de la tierra elevadísimos y en cualquiera de los rubros agropecuarios, reitero, las rentabilidades por hectárea eran enormes e históricas. Un día discutíamos en la Comisión de Ganadería, Agricultura y Pesca acerca de cuán importante es, desde nuestro punto de vista, el tema de los fondos de estabilización agropecuaria. No recuerdo si había concurrido la Sociedad de Productores de Leche de Florida o la Cámara de Productores de Leche, pero en momentos en que la leche estaba a U$S 5.000 la tonelada, hablábamos de lo importante que era que en momentos de auge, de grandes precios, se tuviera la previsión de recoger una parte de esos dineros para, con la co- administración de los propios productores, guardarlos para momentos como este.
Asistimos al estallido de una burbuja inmobiliaria financiera mundial especulativa que también se cebó en los precios de las “commodities” y que hizo vivir una irrealidad a muchos productores. No olvidemos que aquí hubo un cuento que no vio esa burbuja especulativa de los grandes capitales ladrones –no se los puede llamar de otra manera–, porque se decía que durante más de diez años los precios agropecuarios y las “commodities” iban a estar elevadísimos ya que China e India estaban en vías de desarrollarse y el consumo de esos países amortiguaría cualquier descenso en los precios. Decimos esto porque el sistema predominante hoy en el mundo sigue siendo cíclico y para países dependientes como el nuestro, es básico acudir a medidas de esta naturaleza que nos permitan cubrirnos frente a procesos especulativos de este tipo que, cuando vienen, son peores que los tsunamis, porque arrasan con todo.
Por otro lado, coincidimos con el señor Senador Abreu en el sentido de que se vienen épocas muy complejas; recién estamos recibiendo los primeros coletazos de la crisis mundial, pero vienen tiempos de devaluaciones competitivas y épocas profundamente proteccionistas. Recién hablábamos con el señor Senador y decíamos que no solamente Brasil ha adoptado este tipo de medidas, sino que ahora también Ecuador acaba de iniciar acciones en ese sentido. Así, poco a poco, cada uno de los países va a ir adoptando previsiones respecto de las exportaciones. De ahí la importancia de desprestigiar un poco la idea de que los países se desarrollan pura y exclusivamente por las exportaciones, que los mercados internos no sirven para nada o para muy poco y que aquí no hay que cuidar el salario, la pasividad o la inversión pública porque en realidad, lo que sirve y vale son las exportaciones ya que, reitero, el país se desarrolla solamente por esa vía. Creo que hay que desmitificar esto y saber buscar los equilibrios entre el desarrollo de las exportaciones –a las que, naturalmente, un país con la dotación natural del nuestro no puede escapar– pero sabiendo combinarlo con un adecuado desarrollo del mercado interno, lo que permite –y seguramente permitirá en los próximos tiempos– que los productores puedan tener una base para vender su producción.
Aquí se han formulado varias sugerencias, pero faltó mencionar un conjunto muy importante de medidas que ya se están implementando y creo que en este recinto, en el Senado, por lo menos habría que enumerarlas. Es importante decir que el 20 de enero se reunió el Consejo Agropecuario Nacional, que está integrado por el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, representantes del Congreso de Intendentes, de los Institutos agropecuarios estatales y de la Universidad de la República, y declaró el estado de emergencia agropecuaria en todo el país por un plazo de noventa días. Eso no se ha dicho en este recinto y sin embargo se hizo. Además, a partir del 19 de enero de este año, el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca inició el reparto de raciones importadas de Argentina –cinco mil toneladas de cáscara de soja, de un total de veinte mil ya comprometidas– destinadas a productores que tienen predios no mayores a 500 hectáreas y a tamberos con no más de 25 vacas en ordeñe. Esto se ha hecho a través de un crédito en pesos, con un plazo de tres años para su pago y uno de gracia.
Creo que es bueno y necesario decir que el Consejo Agropecuario Nacional resolvió ampliar a todo el país el Plan de Prevención de Sequía que lleva adelante el Proyecto Producción Responsable del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca. Entre los años 2004 y 2008 ese Plan financió 487 proyectos para la construcción de tajamares, pozos de agua, tanques y otros sistemas de almacenamiento de agua en el norte del país; esto ahora se está extendiendo al conjunto del Uruguay. Además el estado de emergencia agropecuaria autoriza al Poder Ejecutivo a utilizar los recursos de un fondo agropecuario de emergencia creado en la última Rendición de Cuentas aprobada en octubre, de U$S 3:000.000, cosa que ya se está haciendo.
Por otra parte, recordemos que el lunes 12 de enero se declaró catástrofe climática en el sector de la granja en los departamentos de Colonia, San José, Montevideo y Canelones y en estas condiciones, es posible asistir a los granjeros con recursos provenientes de lo recaudado por el IVA que grava las frutas, las hortalizas y las flores.
En síntesis, se trata de un conjunto de medidas adoptadas, como por ejemplo, la autorización para el pastoreo en las franjas de las rutas, la habilitación de líneas de crédito especiales para pequeños y medianos productores y la prórroga de vencimientos de los arrendamientos en el Instituto Nacional de Colonización y para el pago de los aportes patronales a la seguridad social. También se busca aliviar el costo de la energía eléctrica y además, el jueves 15 de enero el Ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca planteó ante el Congreso de Intendentes diferir el pago de la Contribución Inmobiliaria Rural.
Por último, debemos señalar la labor que están desarrollando todas las Intendencias –no sólo las de nuestro Partido– con su maquinaria para ahondar los tajamares y alumbrar agua. Esta labor se complementa con el hecho de llevar agua potable a un conjunto de productores que no tienen acceso a ella, así como también con otras medidas que están implementando las Intendencias Municipales. Es bueno señalar todo esto porque aquí se ha mencionado un conjunto de medidas –el señor Senador Heber hacía alusión a una, mientras que el señor Senador Alfie señalaba otras– que hemos discutido en la bancada y estamos dispuestos a apoyar, pero también existe otra batería de medidas que se van a adoptar. Quien tenga dudas en cuanto a si el Estado uruguayo, bajo el gobierno del Frente Amplio, va a adoptar las medidas necesarias –‑el señor Senador Mujica señalaba un subsidio a la leche, de ser necesario–, puede dejar de tenerlas porque, como dije, es algo que ya se está haciendo. Es muy importante tener en cuenta el conjunto de soluciones implementadas, más las que se van a adoptar. Algunas se van a poner en marcha por obra y gracia de los Consejos y de la discusión con los demás compañeros del Senado, aunque pertenezcan a otro partido político, pero también porque existe una esencial preocupación de nuestro Gobierno en salvar su principal máquina productiva. Como bien decía el señor Senador Mujica, se trata de los principales medios de producción; debemos tener presente lo que significa perder las praderas artificiales y creo que el señor Senador Larrañaga mencionaba algo al respecto. Realmente estamos ante un desastre desde el punto de vista económico. Sin embargo, es aún peor el desastre que significa mandar al frigorífico a un conjunto importantísimo de ganado, en algunos casos preñado, porque así se está destruyendo la genética nacional.
Por otra parte, aquí tampoco se ha mencionado que en estos momentos se están acopiando vaquillonas para la exportación a precios de liquidación. Por ejemplo, los otros días nos enteramos que una exportación de vaquillonas a China que se pensaba completar para marzo, hace rato que se terminó porque los productores, desesperados, están vendiendo su principal máquina de producción.
Termino mi intervención retomando las últimas palabras pronunciadas por el señor Senador Gargano, porque justamente ponen de manifiesto una de las lecciones que no solo el Uruguay está viviendo, sino el mundo entero. Creo que es muy importante que el Estado esté presente y sirva no sólo cuando hay ganancias sino también cuando hay pérdidas. O mejor dicho, al revés: que el Estado no sólo sirva cuando hay pérdidas o problemas, sino también cuando hay ganancias y que se observe la necesidad imperiosa de hacer reservas en momentos de auge y de muy buenos precios para cuando aparecen estos problemas tan graves y complejos. Pienso que es bueno aprovechar el momento para quitar a aquellos neoliberales permanentes su odio hacia ese Estado que en este momento es llamado a auxiliar en tantas situaciones a los productores. Allí, seguramente va a estar, pero no sólo con estas medidas que se han tomado, en su momento y a tiempo, sino también con todo otro conjunto de medidas que seguramente se van a adoptar, entre ellas, la que la misma oposición ha venido sugiriendo porque, sin lugar a dudas, tiene razón en algunos aspectos.
Era cuanto queríamos manifestar con respecto a esta situación tan angustiante.
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