El joven obrero de la construcción fue torturado y asesinado en Buenos Aires en 1977. Es el primero de los ocho desaparecidos de Soriano que se identifica.
Nota de Walter Cruz
Nota de Walter Cruz
Se fue de Mercedes hace 31 años, sin más compañía que su ropa de obrero.
Era Modesto Quiñones, pero en su barrio del Cerro lo conocían como el Coco Pérez, que era el sobrenombre que le habían puesto sus amigos y el apellido de su padre. Trabajador de la construcción siempre, afiliado al SUNCA, votante de Zelmar Michelini en el Frente Amplio y jugador de fútbol en el club Rampla. Volvió el lunes a Mercedes luego de 31 años y fue acompañado por centenares de vecinos, compañeros y amigos. Algunos que lo eran aún sin haberlo conocido.
Las actividades de ese día .que quedará en el mejor de los recuerdos de los mercedarios- fueron organizadas por el Plenario Intersindical y la Coordinadora Nacional por la Nulidad de la Ley de Caducidad.
Modesto Quiñones .Coco Pérez fue desaparecido en el Gran Buenos Aires el 24 de junio de 1977. Sus restos fueron identificados el año pasado por el Equipo Argentino de Antropología Forense, y, tras confirmarlo con exámenes de ADN en la vecina orilla y en EEUU, se inició el proceso de repatriación.
Se pudo confirmar que antes de asesinarlo fue salvajemente torturado. Estallido de caja toráxica, fracturas de mandíbula, esternón y vértebras, fueron algunas de las mortales lesiones que sufrió. En esos tiempos, en Argentina, ser uruguayo, chileno, boliviano, paraguayo, peruano o brasileño era sinónimo de .subversivo, apátrida, marxista y terrorista. Para el pueblo argentino, no. Para los secuaces de Videla, Massera y Agosti, sí. Y el Cóndor no distinguía. Posaba sus grandes garras al boleo y en una de ellas quedó atrapado Modesto Quiñones .Coco Pérez, quien fuera, como dijo Bertolt Brecht. La frase la ponen ustedes, los lectores.
El regreso tan querido
Los restos fueron esperados el lunes en la radial de Mercedes por una caravana de autos y de motos con banderas uruguayas y del SUNCA.
A las 11 y 30 de la mañana arribó con la urna un coche de la Empresa Martinelli, en el cual venía la licenciada Soledad Cibils, de la Secretaría de Seguimiento de la Comisión para la Paz. Desde allí se trasladaron hasta el Club Olímpico, donde se colocó la urna con una bandera uruguaya y otra del SUNCA. Diferentes organizaciones sociales y políticas hicieron llegar sus ofrendas florales. La sala del club Olímpico era presidida por una gran foto del primero de los ocho desaparecidos que tiene Soriano.
Desde Montevideo llegaron Luisa Cuestas, Urtazún, Lille Caruso y otros emblemáticos luchadores por los derechos humanos. A las 14 horas el cortejo partió a pie hasta el cementerio local. Allí se realizó una pequeña oratoria, donde hablaron Walter Caymí, de la Coordinadora Nacional por la Nulidad de la Ley de Caducidad, y Néstor .Cacho. Gurruchaga por la departamental de dicha organización.
En ambas instancias se hizo presente el diputado frenteamplista Roque Arregui, en tanto que su par del Partido Nacional, Gonzalo Nodale, adhirió al acto mediante una nota, donde se excusaba de no poder acompañar a la familia pues ese mismo día partía rumbo a México. Igualmente se contó con la presencia de varios ediles de la Junta Departamental de Soriano.
.Para mí esto es muy positivo porque el Cerro es un barrio muy humilde, donde históricamente los partidos tradicionales tienen muchos votos y si bien han avanzado las posiciones progresistas, es muy complicado para los sindicatos, para los militantes políticos. Hoy tiene un desaparecido que regresó y se generó allí un gran hecho en el corazón del barrio., señaló a EL POPULAR a modo de somero balance Néstor .Cacho. Gurruchaga.
.Lo que más me lastima es que los que hicieron esto, mintieron, siguen mintiendo y van a seguir mintiendo., señaló Luisa Cuestas en el cementerio.
Por su parte, Lille Caruso destacó que, .fue emocionante ver allí a sus familiares, a los compañeros. Fue emocionante ver a un sobrino de Modesto Quiñones, tan parecido a él..
.No hay olvido para nadie, que lo sepan aquellos torturadores, violadores y asesinos. No nos olvidamos, no buscamos venganza, pero sí justicia. Chau Coco, te amamos., dijo con la voz entrecortada su hermano Juan Carlos Pérez Quiñones.